La primera es como a nivel cardiovascular nos vamos a encontrar gran cantidad de estudios en los que no se nos aporta nada nuevo. Fármacos comparados con otros existentes previamente con beneficios probados. Fármacos "me too". No son mejores, pero hacen lo mismo. Con el inconveniente de ser novedades terapéuticas y casi siempre más caros.
Y la segunda, que va ligada a la anterior, como a veces es muy fácil tomar la decisión más acertada con los pacientes, simplemente teniendo en la cabeza una balanza de cuales son los beneficios de la intervención por un lado, y cuales son los riesgos, los inconvenientes y los costes por otro.
Si no somos serios, hacemos como el de la imagen...
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